Continua el gran desequilibrio entra venta y alquiler en el mercado inmobiliario andorrano en el 2022

Continua el gran desequilibrio entra venta y alquiler en el mercado inmobiliario andorrano en el 2022

El mercado inmobiliario andorrano sigue este año con un gran desequilibrio entre la venta y el arrendamiento.

Por un lado, la adquisición de pisos mantiene su tendencia al alza con un nivel de ventas altísimo, especialmente en el sector del alto standing, a pesar de la subida de precios de las materias primas que en un primer momento parecía que podía generar tensión en el mercado. No obstante, parece que, por el momento, no se ha frenado esta tendencia al alza y las cifras de venta están, no sólo por encima del ejercicio precedente, sino que representan las mejores de la década. La constante llegada de nuevos inversores y residentes de alto poder adquisitivo al Principado, mantiene muy alto el volumen de ventas y, por ello, es fundamental la amplia oferta de pisos de obra nueva que ofrece nuestro mercado. En contrapartida, la oferta de propiedades de segunda mano actualmente es muy baja debido en gran parte a la gran cantidad de operaciones que se han cerrado en estos últimos años. Las pocas unidades disponibles en el mercado están a un precio totalmente sobredimensionado en relación con las de obra nueva.

Por otro lado, la situación del mercado de alquiler es bastante diferente y en los últimos años es cada vez más complicada. Prácticamente la totalidad de las viviendas que encontramos en el mercado son de venta y la oferta de pisos de alquiler es casi inexistente. Además, los precios siguen con una tendencia al alza sobre todo en las parroquias centrales y las pocas propiedades que salen al mercado, en muchos casos, tienen una relación calidad-precio difícilmente justificable. Los portales inmobiliarios son un fiel reflejo de esta realidad y las opciones de compra que podemos encontrar son de 67 a 1 respecto a las de alquiler.

En cuanto a la situación de las viviendas de alquiler turístico, este sector se ha resentido y mucho en los últimos dos años debido a la carencia de turismo derivada de la pandemia del Coronavirus, pero actualmente se recupera con fuerza y vuelve a representar una opción muy interesante para los inversores. El resultado de esta recuperación hace que el alquiler residencial y de temporada pierda muchas unidades y sus propietarios se inclinen por esta modalidad dado que este no está condicionado por la congelación de las rentas impuesta por el ejecutivo durante 3 años consecutivos.

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