Todo el mundo habla del problema de la vivienda en Andorra y también de las potenciales soluciones. La realidad, sin embargo, es que el panorama sigue siendo complicado: falta de oferta de vivienda a un precio asumible, incrementos constantes de los precios e imposibilidad para muchos jóvenes de poder independizarse.
En este contexto, han empezado a aparecer proyectos que, si se desarrollan con inteligencia y visión estratégica, podrían marcar un antes y un después. Nos referimos al Margineda Park, basado en el concepto de flex living, y al Circles House La Serra d’Auvinyà, el primer coliving boutique del país. Dos iniciativas ambiciosas y al mismo tiempo complementarias que apuntan a resolver, aunque sea parcialmente, el mayor reto de Andorra: la vivienda.
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ToggleMargineda Park y el concepto Flex Living
El proyecto Margineda Park prevé más de 425 viviendas en régimen de alquiler flexible. Este modelo ofrece pisos amueblados o no, con contratos adaptables a las necesidades de los residentes, servicios integrados como limpieza, mantenimiento, suministros, internet y seguridad, y espacios comunes de convivencia que incluyen salas de estar, cocinas comunitarias, terrazas y gimnasio.
Además de vivienda, el proyecto quiere incorporar un centro formativo tecnológico con programas en ciberseguridad, datos e inteligencia artificial, así como oficinas y espacios para empresas innovadoras, zonas comerciales y de restauración y diversos equipamientos de ocio y servicios cotidianos. El objetivo es crear un ecosistema completo que combine vivienda asequible con oportunidades profesionales y académicas. No se trata solo de dar un techo, sino de ofrecer un entorno donde vivir, trabajar, formarse y crecer.
Circles House La Serra d’Auvinyà: un coliving boutique
En un registro diferente, pero con una filosofía convergente, nace Circles House La Serra d’Auvinyà. Situado en una antigua masía rodeada de naturaleza, este coliving de carácter boutique abrirá con una primera fase de 35 habitaciones. Los residentes podrán disfrutar de servicios de coliving y coworking, restaurante, zonas sociales, áreas de bienestar, aulas de música y espacios culturales.
Las estancias serán de corta o media duración y estarán especialmente pensadas para emprendedores y profesionales que busquen un entorno de convivencia, colaboración y desarrollo personal. No se trata solo de compartir vivienda, sino de experimentar una forma de vida basada en la cooperación, la innovación y el crecimiento personal. La segunda fase, prevista para 2026, ampliará la capacidad hasta unas 80 habitaciones y consolidará la idea de un vivero de emprendedores y creadores, integrado en un entorno natural y saludable.
Dos respuestas que pueden sumar
Nos encontramos ante dos respuestas diferentes a un mismo reto. Margineda Park responde a la necesidad de volumen y accesibilidad, mientras que Circles House propone una experiencia vital y profesional más cualitativa. Lejos de competir, estos modelos pueden y deben sumar esfuerzos.
Lo que falta es que iniciativas como estas tengan continuidad y se integren en una estrategia nacional de vivienda que, al mismo tiempo, apueste por el desarrollo del conocimiento y la innovación.
Los retos por delante
Los desafíos son evidentes. Es necesaria una regulación y protección adecuada de los residentes, especialmente en modelos flexibles. Hace falta que los costes sean competitivos y que la vivienda resulte realmente asequible para la clase media y para los jóvenes. También es imprescindible desarrollar infraestructuras y movilidad eficientes para conectar los nuevos espacios con el resto del país.
No podemos olvidar tampoco la importancia de la sostenibilidad ambiental y urbanística, aprovechando la eficiencia y respetando el entorno. Pero, sobre todo, se requiere una visión a largo plazo, que vaya más allá de los mandatos políticos de cuatro años y que proyecte Andorra hacia un horizonte de 25 o 50 años. Imaginar una sociedad en la que el menor de los problemas sea la vivienda es a la vez el reto y el objetivo.
Una mirada optimista
Si Andorra consigue superar estos retos, podría convertirse en un referente en vivienda innovadora, equilibrando calidad de vida, comunidad y oportunidades profesionales.
Quiero ser optimista y creer que, a pesar de la gravedad de la situación actual, los ejemplos de Margineda Park y Circles House demuestran que hay caminos posibles. Vivir en Andorra no tiene que ser solo un lujo, sino una oportunidad para experimentar todo aquello que la iniciativa privada, acompañada de una normativa a la altura y de unas instituciones proactivas y dialogantes, sepa impulsar en beneficio de un colectivo de ciudadanos que esperan, con razón, ser merecedores de una vivienda digna y asequible.