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ToggleUna década de apertura económica: balance y retos pendientes
Uno de los debates que están en la calle y que enfrenta a las diferentes tendencias políticas que se postulan para liderarnos es la valoración que se hace, tras 12 años de apertura económica, de la calidad de la inversión exterior que ha llegado al Principado y si realmente ha propiciado o no la diversificación económica, tal como se pretendía.
Creo que, con matices, todo el mundo está de acuerdo en que esta primera etapa ha sido más de volumen que de calidad y que, para que llegue una diversificación real, es necesario emprender una estrategia mucho más estructurada y selectiva que la actual, a pesar de los esfuerzos de algunos
organismos públicos y clústeres privados que llevan tiempo poniendo mucho empeño.
La enseñanza dentro del proceso de apertura
La enseñanza no ha quedado excluida de este proceso de apertura, al contrario.
De hecho, en el primer proceso de liberalización de 2008 ya hubo una primera universidad online que se estableció en el Principado, La Salle.
A partir del segundo proceso se han establecido hasta 6 y hay 2 más en camino, lo que, según los organismos e instituciones internacionales, como el IESALC de la UNESCO o la Red Europea de Agencias de Calidad, empieza a llamar la atención, pues al final, la densidad de universidades en Andorra es muy superior a la de cualquier otro país que forme parte del Espacio
Europeo de Educación Superior.
El factor fiscal como principal atractivo
Todo tiene una explicación: pudiéndose establecer en cualquier lugar del mundo, eligen Andorra básicamente por la competitividad fiscal comparativa.
De la misma forma, tenemos una cantidad ingente de academias formativas online que venden masivamente formaciones “milagrosas” (infoproductos) y que, al generar ingresos muy importantes, el factor diferencial es el fiscal, más allá de que los personajes que las lideran sean destacados influencers
que pasean vehículos de lujo y tatuajes por nuestras calles.
Hacia un modelo universitario más presencial y con valor añadido
Quienes me conocen ya saben la opinión que tengo de la formación universitaria y cómo mi visión se encamina hacia un futuro campus universitario presencial, con estudios en aquellas disciplinas diferentes como las nuevas tecnologías, la salud, el management y, sobre todo, el deporte en sus distintas variantes, y más allá, por supuesto, que las formaciones online puedan tener su papel.
La enseñanza secundaria y el deporte de alto rendimiento: un reto
pendiente
Bajando un escalón en la cadena formativa, permitidme que me sitúe en la enseñanza secundaria y en un aspecto muy concreto que me preocupa especialmente y que quizá tiene solución: la compatibilización del estudio con el deporte de alto rendimiento, que parece ser un tema que aún está por desarrollar como se merece, a pesar de los esfuerzos iniciales de nuestro Gobierno con el Programa Deporte-Estudio.
La necesidad de una verdadera flexibilidad
Creo sinceramente que la actual rigidez de los diferentes sistemas educativos del país respecto a la propuesta de planes educativos hechos a medida de las necesidades de los jóvenes deportistas que, por su cualificación técnica y potencial competitivo, están inmersos en programas de alto rendimiento deportivo, debe transformarse en flexibilidad y adaptabilidad.
Es necesario poner en valor la formación, a la que el deportista en general no quiere renunciar, pero adaptándola a sus circunstancias.
Es un reto, sí, y también una señal de madurez de nuestra enseñanza encontrar los mecanismos para maximizar el valor de la formación reglada y las exigencias del deporte de alto rendimiento.
Valores del deporte aplicados a la formación
El deporte en sí mismo representa sacrificio, constancia, rigor, espíritu colaborativo y competitivo, valores que, aplicados al estudio, pueden ayudar a construir grandes personas del futuro: deportistas de alto nivel en una etapa de la vida y personas adultas bien formadas y dotadas de las más altas cualidades para afrontar el resto del tiempo que la providencia les otorgue.
El estudio online no es la respuesta para todo
Tampoco en este caso el estudio online es la mejor solución para estos deportistas.
Por ello, reivindico que hagamos esfuerzos unos y otros, especialmente las instituciones públicas y las federaciones deportivas, para crear programas adaptados que ayuden a nuestros deportistas de alto rendimiento —que los tenemos, y no pocos— a que puedan superar con éxito su formación
académica, con la tutela offline o presencial que merecen, y al mismo tiempo alcanzar la preparación física y técnica que les permita competir internacionalmente y dar gloria a nuestro querido Principado.
Mirando hacia el futuro: más calidad, menos cantidad
Al final, todo se resume en apostar por la calidad en lugar de la cantidad.
También en la formación y educación. Este debería ser, por tanto, un objetivo a medio plazo, dejando atrás la etapa 2012–2025 y afrontando una nueva 2025–2035 mucho más ambiciosa en términos cualitativos.