En Andorra, iniciar una actividad económica puede hacerse de varis formas, siendo las principales: como empresario individual (autónomo) o a través de la constitución de una sociedad limitada (SL). La elección entre una u otra no es solo una cuestión de simplicidad o coste inicial, sino que tiene implicaciones fiscales, patrimoniales y estratégicas relevantes.
A continuación, desglosamos las principales diferencias para ayudarte a tomar una decisión informada:
Tabla de contenidos
Toggle1. Fiscalidad
- Autónomo: tributa en IRPF sobre su beneficio neto. El tipo general es del 10%, sin tramos progresivos, aunque existen ciertas reducciones por debajo de 40.000 euros haciendo que el tipo medio efectivo sea inferior.
- SL: tributa en el Impuesto de Sociedades (IS), también al 10% sobre el beneficio. Si se reparten dividendos, estos quedarán exentos de IRPF en la mayoría de los casos.
Fiscalmente puede haber empate en tipos, pero la SL permite mayor planificación y diferimiento de rentas.
2. Responsabilidad
- Autónomo: responde con todo su patrimonio personal.
- SL: la responsabilidad queda limitada al capital aportado (mínimo 3.000 €).
La SL protege el patrimonio personal, lo que puede ser clave en actividades con riesgo.
3. Percepción profesional y escalabilidad
- Autónomo: opción más sencilla para servicios individuales o facturación limitada.
- SL: aporta imagen más profesional, facilita colaboraciones, entrada de socios, inversores y crecimiento estructurado.
La SL es más adecuada si se prevé escalar o captar inversión.
4. Costes y trámites
- Autónomo:
- Trámites más simples.
- No requiere capital mínimo.
- Menores costes de contabilidad aunque también necesaria.
- Sociedad Limitada:
- Trámites notariales y registrales.
- Necesidad de plan de empresa aprobado por el Govern.
- Contabilidad obligatoria y presentación de cuentas anuales.
El autónomo tiene una barrera de entrada más baja, pero menos ventajas a medio plazo.
5. Consideraciones de inmigración y residencia
Autónomo (empresario individual)Uno de los aspectos más determinantes a la hora de emprender en Andorra es la situación migratoria del interesado. No basta con tener un proyecto: para operar legalmente como autónomo es necesario tener residencia activa en el país o poder ejercer una profesión “titulada”.
En el caso de las profesiones tituladas, incluso un no residente puede solicitar la residencia por cuenta propia para ejercer, siempre que cumpla con los siguientes requisitos:
- Titulación universitaria homologada por el Ministerio de Educación andorrano.
- Reconocimiento como profesión titulada por el Gobierno. (Abogados, médicos, ingenieros…)
- Inscripción en el colegio profesional correspondiente.
- Acreditación de nivel de conocimiento B2 del idioma catalán.
Importante: las personas que acceden por esta vía no están obligadas a realizar el depósito de 50.000 € en la Autoritat Financera Andorrana (AFA), a diferencia de otros permisos de residencia por cuenta propia.
SL (Sociedad Limitada): la vía habitual para no residentes
Para quienes no cumplen los requisitos anteriores (no titulados, sin homologación, o no residentes), la vía más habitual es crear una sociedad andorrana (SL) y solicitar la residencia como socio-administrador.
Requisitos principales:
- Tener al menos el 34% del capital social.
- Ejercer como administrador de la sociedad.
- Obtener la autorización de inversión extranjera.
- Realizar el depósito obligatorio de 50.000 € ante la AFA (recuperable al cesar la residencia).
- Residir durante 183 días al año.
Esta fórmula es la más flexible para emprendedores no residentes o sin titulación universitaria homologable, y permite actividades amplias como comercio electrónico, inversión o prestación de servicios no regulados.
Si estás validando una idea de negocio, tienes ingresos limitados o quieres operar de forma temporal, empezar como autónomo puede ser adecuado, siempre que cumplas con los requisitos de residencia y homologación de títulos.
Si tu proyecto implica crecimiento, riesgo o necesidad de separar patrimonios, la sociedad limitada es claramente la estructura recomendable, especialmente para no residentes que buscan establecerse en Andorra.
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